No hay género musical más sublime que la ópera. Se podría decir que con la ópera nació la música popular, aunque con el tiempo se convirtió en el género más académico de todos. Hoy por hoy, la ópera está en prácticamente todos los países del mundo, con academias e instituciones públicas, por lo que es muy posible que sea algo cercano a la gente. Pero también hay, simplemente, fanáticos de la ópera que les relaja escucharla, concentrarse en la obra y dedicarse a la tarea de comprenderla en su majestuosidad.
Por otra parte, las cirugías estéticas también son cirugías y requieren de un proceso pre y postoperatorio. Si una soprano, mezzosoprano o cualquier mujer cantante de ópera desea realizarse una cirugía de aumento de senos, debe tener en cuenta esto. Es por eso que hay que hacerla con planificación y tiempo para que no perjudique las rutinas preestablecidas ni tampoco vaya a afectar su formación musical.
¿Qué prever de una mamoplastia si se es cantante de ópera?
Todas las mujeres tienen derecho sobre su cuerpo, y eso incluye a las cantantes de ópera. Muchas de ellas tienen preocupaciones sobre si los implantes mamarios pueden afectar su rendimiento al cantar o especialmente, su respiración y movimientos, especialmente cuando en las óperas deben actuar y moverse. Ante eso, existen los implantes anatomicos, que se adaptan a los cuerpos de cada mujer sin ningún inconveniente.
La rigidez no funciona si se es actriz, y es por eso que los implantes anatómicos son la mejor alternativa en estos casos. Si se va a cantar, por ejemplo, una obra romántica alemana, los movimientos son agitados y los implantes anatómicos serán los que mejor darán la talla.
¿Cómo planificar la cirugía?
Casi todo el año es temporada de ópera, por lo que hay que buscar los meses más desocupados para poder dedicarse a la cirugía, tanto en el pre como en el postoperatorio. A partir de ahí, la mujer ya podrá disponer de un tiempo para reponerse y reincorporarse al máximo, con el mejor seguimiento médico.
Sin embargo, siempre hay que considerar que es imperativo tener al menos 21 días de reposo médico. En ese tiempo, es posible ejercitar un poco la voz, pero no en exceso, por lo que un buen acercamiento al mundo musical puede ser ver películas de ópera, así como cualquier otro producto musical audiovisual.
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